22.7.04

Hoy me levanté e hice lo que nunca: antes de abrir los ojos me prendí un pucho. Largué lentamente el humo mientras se me revolvia la panza... Pero ya ningun remolino visceral podía ser peor que el de anoche. Asi que me levanté, pucho en mano, y me sente al lado de mi ventana... Para ver como entre las rendijas de la persiana brillaba la gente en mi habitación oscura! Mil frases e imagenes por mi cabeza, pero no cuadraban. Todavia no me podia decidir entre si tenia que reir o llorar al pensar en los mudos que demandan querer hablar, los sordos que claman saber escuchar y un reloj que marca los tiempos, pero no los mios. Mejor callo... parece ser que la única estrategia que funciona es la del sordo-mudo... (¡¡Que equivocado que estaba Mario Benedetti!! Gosh...)